martes, 5 de julio de 2011

Comunicado Rector

A la Comunidad Universitaria

Al asumir el cargo de Rector de la Universidad de Santiago de Chile y, posteriormente, el de Presidente del Consorcio de Universidades del Estado, inicié una campaña para dar a conocer el nivel de deterioro en que se encontraban las universidades estatales. También, he hecho hincapié en las dificultades que enfrentamos día a día para superar obstáculos que, muchas veces, nos impiden atender adecuadamente a los(as) estudiantes y he señalado las deficiencias profundas de nuestro sistema de educación superior.

No existe instancia ni tribuna donde no haya defendido los valores y principios en pro de la educación superior pública. Muchas veces con incomprensiones, pero con un importante apoyo de académicos (as), estudiantes y funcionarios (as) hemos salido adelante y puesto el tema en la agenda nacional. Esto me ha permitido liderar la discusión y estoy orgulloso de lo logrado a la fecha. En especial, mi preocupación ha estado en la inclusión a la educación superior pública de estudiantes talentosos(as) de alta vulnerabilidad. Inspirados por esta realidad, el ranking de notas de Enseñanza Media, el Programa Propedéutico, la Beca de Excelencia Académica (BEA) y los Cupos Supernumerarios son claros ejemplos de iniciativas que hemos generado en la Usach.

Asimismo, mi preocupación ha estado centrada en lo dificultoso que resulta para las familias la educación de sus hijos (as), especialmente cuando éstos(as) pertenecen a la primera generación que accede a la educación superior. En nuestro caso, esta situación significa un desafío que acometemos con el sentido de responsabilidad social que caracteriza a nuestra Universidad, dado que mayoritariamente recibimos alumnos(as) provenientes de tales grupos.

En lo que respecta a excelencia académica, me he centrado en impulsar la renovación de cuadros académicos y la investigación vinculada a la innovación y el desarrollo.

Con el fin de ofrecer un sistema de retiro digno a quienes han contribuido en diversos ámbitos del quehacer institucional, impulsé la Ley de Incentivo al Retiro que benefició además, a funcionarios(as) de otros planteles públicos.

Desde un punto de vista más contingente, este año, junto con el movimiento estudiantil hemos puesto en primer lugar de la agenda las necesidades que demanda la educación superior pública. Gracias a esto, puedo decir con orgullo que ya a nadie le es indiferente esta temática, ni la validez de los argumentos que se han esgrimido.

Como Rector de la Universidad de Santiago de Chile y Presidente del Consorcio de Universidades del Estado, tengo esperanzas que el Excelentísimo Señor Presidente de la República, Don Sebastián Piñera, anuncie este martes 5 de julio, un plan de fortalecimiento de las universidades estatales que vaya más allá de un proyecto de ley para flexibilizar la gestión de los planteles públicos y dotarlas de nuevos gobiernos corporativos. Espero, en este sentido, el compromiso presidencial de inyectar recursos en el corto plazo para revitalizar y modernizar la infraestructura y equipamiento de nuestras universidades.

Además, confío que el Presidente de la República anuncie el compromiso del Estado de Chile con sus universidades, en orden a otorgarles aportes basales crecientes y de carácter estable y permanente, con el objetivo de cautelar el desarrollo de excelencia, calidad de servicio al país y ofrecer a los mejores talentos una real oportunidad.

En materia de financiamiento estudiantil, esperamos que ningún(a) joven talentoso(a) de este país quede fuera de la educación superior por motivos económicos. Para ello el Presidente debería comprometerse a reformular el crédito con aval del Estado, con el fin de que ningún egresado pague más del 10% de su sueldo durante el período de amortización del crédito, como ya lo ha recomendado el Banco Mundial en su reciente informe. De otra forma, se estaría comprometiendo el crecimiento y desarrollo de las nuevas familias que formen los(as) nuevos(as) profesionales.

He solicitado y exigido a lo largo de estos años, un aumento de becas para los(as) estudiantes talentosos(as) de bajos recursos y, también, que éstas alcancen a la clase media. Será necesario para esto, cambiar los quintiles por deciles, en la definición de la situación socioeconómica, incorporando no sólo los ingresos, sino también los egresos más importantes del grupo familiar del estudiante. Seguiremos trabajando para alcanzar esta meta.

El país debe aspirar a una adecuada y certera regulación y fiscalización de todas las entidades de Educación Superior, mediante mecanismos adecuados de rendición de cuentas y resultados. También se requieren medidas tendientes a disminuir las asimetrías de información al momento que los(as) jóvenes toman las decisiones de matrícula. Esperamos que su excelencia anuncie la creación de una subsecretaría para la regulación –como lo he propuesto- y de una superintendencia encargada de la fiscalización.

Por otra parte, debe contemplarse mejorar el marco legal e institucional del sistema de acreditación para que sea más exigente e incorpore resultados, la revisión de estándares y una rendición de cuentas adecuada. Adicionalmente, se debe garantizar la independencia y la no existencia de conflictos de interés de los(as) acreditadores participantes de los procesos. Lo mismo respecto de los mecanismos de financiamiento de acreditadores, evaluadores y agencias involucradas.

Después de los anuncios del Presidente de la República, la tarea debería continuar con el proceso de confección de las leyes, para su posterior discusión en el Congreso Nacional, instancia donde, una vez más, desplegaré energías y nuevas estrategias, para concretar los anhelos de nuestra Universidad como Institución de Educación Superior Pública. Invito a todos(as) a integrarnos a estas tareas.

Quienes conocemos y constatamos a diario las necesidades de las universidades estatales, no podemos menos que abrigar esperanzas ante los próximos anuncios del Presidente de la República.

DR. JUAN MANUEL ZOLEZZI CID

RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE CHILE

Santiago, 5 de julio de 2011

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